La Cristalera es un lugar …

Epílogo.

Compartir espacios con la diversidad funcional, requiere un doble esfuerzo. Por una parte entender que la diversidad precisa de adaptaciones para que todos podamos participar de los procesos y que esas adaptaciones se conviertan en un recurso útil para todos.

Aquí un resumen de la presentación previa en redes sociales.

Los espacios, especialmente los educativos o culturales son más que ningun los lugares donde la inclusión se manifiesta, toma forma, se desarrolla y se expande. En la medida que un espacio sea inclusivo, nos educará a todos en la misma línea.

Ana, Gemma y Yolanda de Empower Parents (gracias por venir?) Foto: Santiago Atrio.

El cómo hacerlo, es una pregunta con infinitas respuestas, ya que cada espacio, cada diversidad precisa de soluciones concretas. Que mucho camino para que la barrera del reconocimiento de los derechos, del cumplimiento de la normativa y de mejora de las mismas sean efectivas. Muchos pequeños cambios, generan un gran cambio, tarde o temprano. Entretanto el trabajo de profesionales y comunidades espacio por espacio, lugar por lugar por normalizar, se consolidará como un poderoso agente de cambio.

Con la parte práctica de esta sesión, pretendía por una parte experimentar el espacio, conocerlo, explorar sus posibilidades, sus potencialidades y sus debilidades, y por otra encontrar un relato común en torno a la diversidad del grupo sobre sus cualidades y posibilidades. El tercer objetivo es generar un momento de comunidad, de intercambio de discusión, en base a la diversidad de los participantes y las diferentes interpretaciones sobre el espacio.

Foto: Santiago Atrio

Al finalizar como símbolo de este momento, construimos un figura, una síntesis de lo sucedido en las dos últimas horas con unas piezas de Sistema Lupo. En la fotografía a continuación vemos a un grupo de gente trabajando jugando. Para este grupo o pequeña comunidad efímera, sería un primer paso para en continuidad afrontar mayores retos, construido sobre la memoria de esta primera actividad.

Foto: Fermín G. Blanco

Para llegar a este momento, comenzamos por explorar el espacio en base a la planta original, una fotografía y un par de frases que lo describen. El espacio más significativo es la escalera, que divide el espacio en dos sectores, el de habitaciones y el de zonas comunes. La dirección de La Cristalera ha colocado una serie de imágenes del edificio en su estado original, lo que ayuda a comprender las diferencias, ver que se mantiene, comprobar esencias y cómo se podría recuperar. Incluso también podemos comprobar el cambio en el paisaje del edificio, o consulta la monografía de Alejandro de la Sota para completar la exploración.

En el recuadro de lo positivo, se recoge puntos a favor de la localización, del paisaje que nos rodea, la adaptación del edificio al terreno, la entrada de luz, la transparencia, la relación interior-exterior o incluso el olor lavanda.

En lo negativo, está presente obviamente la transformación realizada en los años que el Ministerio del Interior fue el propietario del edificio, que ha supuesto una alteración, complejización, macizamiento, generando una importante pérdida de valor. Esto se manifiesta en la sustitución de carpinterías metálicas por madera, la división de espacios, la rotura del esquema público-común, o el pobre tratamiento en la transformación de las habitaciones infantiles comunales a individuales.

Sobre las oportunidades y soluciones, podríamos establecer dos categorías, aquellas relacionadas con el uso y actividades, en una línea que continúa las actividades que desarrolla la Fundación de la Universidad Autónoma de Madrid, destacando por su interés aquello relacionado con la rehabilitación de patrimonio, ¿podría ser La Cristalera un lugar de encuentro para debatir el cómo de recuperar, entender y disfrutar la arquitectura contemporánea española? Esto unido a un entorno natural, que invita a levantar la vista hacia el verde, podría ser el lugar indicado.

En cuanto al segundo grupo de propuestas, estarían las intervenciones en el edificio, donde está claro que mantener la luz y las posibilidades de la profundidad y conexión con el paisaje sigue siendo un valor. Sin embargo se podría comenzar una serie de intervenciones con el objetivo de ir recuperando los valores iniciales, por ejemplo sustituyendo las carpinterías en madera por metálicas, y en esta línea, explorar soluciones para dar continuidad en el tercer nivel.

Existe un conflicto más que evidente, y es que dar una respuesta coherente a las características y valores del edificio en el cambio o evolución de uso, requiere comprender cual es el esquema del propio edificio. Más allá sigue pendiente el desarrollo de una cultura colectiva consciente del valor de la Arquitectura Moderna en España y su necesaria conservación, en la que la Educación en Arquitectura debiera tener un papel importante.

Otra acción, quizá más compleja sería dotar de mejores cualidades espaciales y de confort a los pasillos de las nuevas habitaciones, prestando especialmente atención a las alturas libres en algunas zonas, la situación de los aseos, etc.

En cuanto accesibilidad, parece a priori complejo, habida cuenta de que el elemento esencial del edificio es la escalera y que no convendría alterar. pero la buena arquitectura, aquella pensada para el hombre y su entorno, provee de soluciones en continuidad, previo estudio. La estructura del edificio más allá de la mencionada escalera está compuesta de tres niveles, apoyados sobre el terreno, quizá la accesibilidad física, venga de completar por los extremos con un nuevo acceso. En cuanto a accesibilidad sensorial y cognitiva, no se han reportado valoraciones en la exploración, pero en todo caso y como medidas más factibles, podría plantearse un sistema de orientación básico junto con algunos servicios de lectura fácil, braille, encaminamientos o bucle de inducción para ir avanzando en una mayor usabilidad del conjunto, que redunde obviamente en la primera parte de las propuestas.

Este punto también nos resultó llamativo, que el pabellón de conferencias, un elemento desconectado del edificio principal, tras una larga escalera, ¿no podría haberse planteado como una extensión del principal? ¿acaso la arquitectura contemporánea no se basa en la adaptación o evolución? Volviendo sobre la accesibilidad, no es la arquitectura moderna, la más cercana a los arquitectos actuales, la que debiera de dar ejemplo para su adaptación a las personas, los usuarios que dan sentido al espacio y lo convierten en lugar.

Foto: Ana Martínez

He de reconocer que la parte final, una aproximación de “design thinking” quedó un tanto descolgada, quizá por el tiempo, el cansancio, etc. Queda pendiente para próximas oportunidades. Espero que en la medida de lo posible este breve texto supla esas carencias, y ayude a generar un conocimiento y acercamiento sobre este edificio icrítico pero consciente de su realidad, historia y actividad actual.

En definitiva se trata de un breve ensayo sobre la diversidad y el espacio, comprobando por un breve tiempo, comprobando que el espacio verdaderamente educa, genera sensaciones, discusiones, ideas, oportunidades o soluciones en torno a una pequeña y una efímera comunidad, pero sin olvidar que para que esto tenga lugar, arquitectura, ciudad y educación, tenemos que ser capaces de generar una base de conocimientos, herramientas y actitudes.

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